Tarde de domingo,
ojos cerrados
calor del sol
La brisa acarrea
olores hasta el balcón
Sin advertirlo,
uno me envuelve,
y en un instante
cambia mi piso
Me regresa en el tiempo
a un lugar desbordado
de excesos e inconsciencia
Registro mis latidos,
abro un haz de luz
huelo mi pelo
inhalo la piel
y vuelvo a mí, hoy.
No cambio lo pasado
Respiro,
y soy feliz