y al sentirte…
me ganó el silencio
Porque hay un lenguaje
que el cuerpo habla solo,
sin usar la cabeza,
con el cual todavía ni siquiera armo frases,
del que apenas recuerdo vocablos
Cuento con el tiempo y la práctica
para lograr fluidez,
abrir los canales de percepción,
y así volver a comunicarme
expandiendo las fronteras de la piel