La ruta despierta
fantasías matinales
Rebobino,
el trigal y tus mares
ojos díscolos
sorprendidos
al tacto de tu atavío
Las salidas del laberinto,
un códice de placer
atemporal
instintivo
primario
dérmico.
Tu mirada puede ser un anclaje
como mi respirar,
o no,
y ser la de otro.
Todo está en mí
