Es otoño,
juego con fuego
y la ciudad viste de gris
sin planearlo
la brújula carga otro norte
y nos cruza
En la oscuridad
desplegamos
un enredo de formas
y en un instante
somos
sólo un contorno
danzando al ritmo del silencio
Tu vehemencia percute mi alma
e inyecta frenesí en las venas
Jadeos
calor
humedad
Quietud
Mis colores tiñen las sábanas
tus palabras, sentidas,
me acarician
Descanso
el amanecer me encuentra
robando tu calor,
porque sabe fundir la jaula
que contiene mi piel