Anoche
caminé senderos ya transitados
creando nuevos recuerdos,
y a través de una ventana
que proyectaba un amanecer interminable
mientras escuchaba tu piel,
resignifiqué lugares conocidos
cambié los roles preasignados
modifiqué identificaciones…
Para hoy volver a mí,
con las papilas mordisqueadas,
activadas,
y encontrarme bautizando nuevos sabores
mientras me envuelve una bruma de piano y saxo,
que me transporta
a otra atmósfera dónde resuenan los ecos de tu voz
describiendo el frenesí sensorial vivido,
a un invierno anticipado
dónde pude deleitarme
con la cata de perfumes y manjares líquidos,
a un espacio sin tiempo
dónde podría volver a disfrutar hasta quedar adormecida
acariciando los bosques de tu cuerpo
o perderme,
y despertar con un tatuaje en el cuello
que me recuerde el arrebato de tu boca